"Oh, wow": 70 años de John Winston Ono Lennon.

"Siempre fui un rebelde... Pero por otro lado, quería ser amado y aceptado, y no sólo un músico, poeta, lunático y bocazas. Pero no puedo ser lo que no soy."

La vida de John Lennon fue, por desgracia, un camino con un final horrible y precoz. Hoy, el cofundador del grupo ‘The Beatles’ cumpliría sus 70 años, si no fuese porque a un desgraciado esquizofrénico le dio por dejar un enorme agujero en la historia de la música y en la vida de la también cantante Yoko Ono. Nunca podríamos elegir entre los componentes del grupo de Liverpool, pero, se puede asegurar, que sin Lennon, se habría perdido una gran cantidad de canciones extraordinarias; nunca habrían conseguido hacer una oda al amor como “All you need is love’. John Lennon era un avanzado a su época. Cada canción daba un paso adelante respecto a lo que música se refiere. Y con esto, no digo que las canciones del “Please, please me” fuesen peores que las del "Sgt. Pepper" , si no que evolucionó hasta hacer que, años después de su muerte, sea recordado.
Sabía lo que quería, revolución, y lo plasmaba en cada una de sus creaciones, sin importarle las consecuencias que pudiese tener. Ciertas circunstancias provocaron que nunca tuviese una vida fácil, pero pese a todo, supo cómo hacerse ver. Todo esto se podría resumir en un ‘era fantástico’, pero 2 millones de palabras se quedarían cortas frente a semejante hito de la música. No sabría explicar del todo lo que me hace sentir con sus canciones, que le han dado a la vida otro tono, psicodélico, libre, enrevesado y con una promesa no verbal de paz para el oyente. Yoko y él eran el ejemplo ideal de amor libre, joder. Y habría sido genial saber el futuro de los “dos gurús travestidos”, que, muy seguramente, nos hubiesen dado una lección de lo que es el amor. Y todo suena tan tópico, típico y repetitivo, que sobran las palabras. Prácticamente todo el mundo ha crecido sabiendo quién era, siempre presente ese hilo musical de Lennon, Imagine, Yoko, Beatles… Un mito tan, se podría decir, común que puede que no se le de ni la mitad de importancia que merece. Afortunadamente todos aquellos que crecieron con su música, los que se engancharon tarde o los que, simplemente, son capaces de apreciar tal talento, le hacen su pequeño, en otros casos gran, homenaje. Aún así, ya sea por desconocimiento o estúpida ignorancia, nadie se para a pensar lo que podría haber detrás de la figura de ese genio.

Obviamente tampoco soy capaz de averiguarlo e incluso podría llevarme más de una sorpresa (que indiscutiblemente las hay), pero por mi parte, si consiguiese plasmar sobre cuatro líneas lo mucho que ha conseguido esta persona con tan poco, sería la mujer más feliz del mundo. Esa sensación de conocer a alguien incluso sabiendo que no le habías prestado demasiada atención antes, que cierta sonrisa provoque la tuya, tener la capacidad de cambiar toda tu maldita existencia sólo habiendo nacido o de estremecerte al notar la exhalación de aire en cualquier canción. Como él mismo diría, cada vez que escucho una canción suya es como si un amor imperecedero y sin límites brillase a mi alrededor como un millón de soles, llamándome y llamándome a través del universo. Era un tipo raro, iracundo, excéntrico, con manías y una extraña forma de llevar sus relaciones, pero, sobretodo, era brillante. Aún si hubiese cometido el peor de los errores, me seguiría gustando como me gusta. Su melena, sus ojos pequeños, ocultos tras las legendarias gafitas redondas, su aspecto de piltrafa y sus dientecitos torcidos, delatores de su procedencia británica ya pasaron a la historia. Ahora, es tiempo de recordarle, y volver a luchar por los valores que él defendía: amor y paz alrededor del mundo. (No sabéis lo que llegan a doler estos 30 años sin Mr. John Winston Ono Lennon)

Strawberry fields forever-The Beatles