martes, 12 de octubre de 2010

La lluvia.

O la razón de por qué en octubre comienzo a ser feliz.

Para el resto de personas humanas adictas a los rayos solares, el verano es una época feliz. Yo prefiero la lluvia, los abrigos, la comida caliente y mi cama con la colcha de pelo lila, rosa, blanco y negro; el otoño.

Mi otoño es algo parecido a esto:


Aunque me gusta más pensar que reflejo algo así:

Pero nunca he sabido bailar claqué.

Sadie.

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